Una ciudad hecha con polvo de hadas
- Mauchi Heinert K.
- Jul 19, 2018
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Siena, una de las ciudades más admiradas y visitadas de Italia la cual conserva su centro artístico e histórico intacto. Se sitúa sobre tres colinas en medio de calles estrechas y sinuosas que le dan un aspecto inconfundible. A pesar de que nada se sabe sobre los orígenes de Siena, que en un pasado fue considerada como fundación etrusca, gala o romana, las dudas de la actualidad plantean que la ciudad sigue un largo periodo durante el cual los sieneses quisieron sentirse hijos de Roma. Así lo confirma el símbolo de la ciudad: la loba, que amanta a Romolo, Remo y su escudo. De seguro se sabe que Siena era romana durante el periodo republicano y que Augusto para presidiarla y poblarla situó ahí una colonia.

La vida interna de Siena fue muy inestable y alterada continuamente por luchas entre familias y facciones, acierto que las grandes figuras religiosas de la ciudad como: Santa Catalina, San Bernardino y el Papa Pio II nunca se rindieron por conseguir la paz civil. Entre los varios gobiernos que sucedieron en Siena se debe recordar, en especial, al de los Nueve (1992-1355) que garantizó a la república cierta tranquilidad interna, años de bienestar y de auge cultural.
Los tiempos de la República libre de Siena fueron, también, desde el punto de vista artístico, los más florecientes. En la segunda mitad del S. XIII y sobre todo en la primera mitad del S. XIV se construyeron templos y palacios que aún en la actualidad son prestigios de la ciudad. Los cuales también son pruebas de la interpretación local de un estilo gótico que se afirma por todas partes. El florecimiento arquitectónico es, también, el espejo de la prosperidad económica de aquellos tiempos. En Siena antes que en Florencia, se ejerció una actividad mercantil a nivel europeo que consistió más tarde en operaciones bancarias de alta ganancias. Durante este tiempo los banqueros sieneses recaudaron los diezmos del pontífice y financiaron a príncipes y reyes. En aquella época, Siena estaba cubierta por casas-torres, rodeada de potente murallas (un circuito de casi 7 kilómetros, incluyendo el baluarte y al fuerte) abierta por 8 artísticas puertas y adornadas por fuentes públicas entre las cuales está la famosa fuente Branda. (Fonte Branda)
El enriquecimiento monumental continuó durante el siglo XV y XVI conservando durante mucho tiempo la fisionomía gótica con la ayuda también de artistas florentinos, todos estos artistas eran a la vez arquitectos, escultores y pintores. Como resultado, Siena en todas las épocas alardeó de maestros que cubrían todas las expresiones plástico-figurativas. Fue a principios del S. XVI que en Siena prosperan también las artes menores: orfebrería, talla de madera, el hierro forjado, el encargo en mármol y la cerámica.

En cuanto al arte, desde la segunda mitad del S. XIX fue la pintura la que dio los mejores frutos y para finales del S. XVII y a principios del S. XVIII las otras artes contribuyeron al embellecimiento de Siena, sin modificar su aspecto más destacado: el de unas de las más bellas ciudades medievales de Italia.
Examinaremos brevemente ahora la constitución de la ciudad medieval revisando unos de los espacios públicos más importantes y el desarrollo de estos. Para empezar, La plaza de Campo (Piazza del Campo), con forma de valva de concha, dividida en 9 segmentos por líneas (colocadas en origen en el 1347). Por un lado está rodeada por el majestuoso y elegante palacio público, y por otro lado por una cortina de palacios decorosos entre los cuales se destacan el rojizo palacio Sansedoni. Dentro de la plaza se interna la fuente alegre (Fonte Gaia) esculpida entre 1414 y 1419.
A continuación: el Palacio Público, un edificio que durante la primera mitad del S. XIV fue ampliado hasta que en el 1680-81 se le añadió el segundo piso de triforios. Este edificio es el prototipo de la arquitectura gótica de Siena que se distingue por los arcos agudos que incluyen un arco rebajado (arco sienes). Un gótico sobre todo lineal, con escaso contraste de planos y de volúmenes. Nótese el símbolo de San Bernardino en el último piso (1425) y el escudo de los Medici en el centro del primer piso (1560). A la izquierda del palacio público se destaca la torre del Mangia: el fuste del ladrillo. En el campanario está el Campanone o Sunto (1666).

Así teniendo un conocimiento más profundo de la historia de Siena, su arte y arquitectura consideremos ahora el perfil urbano por el que se caracteriza esta ciudad. Principalmente por el lento e irregular crecimiento adaptado a la topografía del terreno, de calles angostas y sinuosas, de topografía quebrada debido a los lugares difíciles de ingresar, alejándose de los diseños ortogonales. Con una técnica, que además de ubicarse en lugares alto, ofrecía también una mejor defensa de la ciudad. Organizada en calles encrucijadas prosperó rápidamente debido al continuo aumento del comercio. La Siena actual tiene un aspecto aún muy parecido al que tenía en los siglos XIII y XIV. La pintoresca ciudad sigue siendo un importante centro cultural, especialmente en disciplinas humanísticas y tiene un gran atractivo turístico que se ve influenciado por su conexión con el pasado y su gran actividad cultural (Arrabal).
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