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Amy, la de la voz inigualable

  • Mauchi Heinert K.
  • Jul 24, 2018
  • 3 min read

Hay quienes piensan que el coincidir es solamente una proyección de la mente. También hay quienes creen que estamos alineados a un destino o una fuerza universal que dirige u oculta la realidad. Las ´coincidencias´, en efecto o en acción son vivencias peculiares, aquellas que irrumpen el orden de las cosas para transformar un momento ordinario en algo inesperado y sorprendente.

Jung, médico y ensayista suizo, uso la coincidencia como objeto de estudio. Así trató de desarrollar junto con Wolfgang una ley que tituló como la sincronicidad. La cual actuaba como el resultado de los efectos de la psique humana a los eventos. Un sistema que definió como control de coincidencia: “si vives bien, las coincidencias se acumularan para ti en formas benéficas. Si no vives bien, las anti coincidencias se acumularán de formas nefastas y hasta desastrosas”. Remarcaba en su criterio que si las coincidencias se acumulaban se debía a que uno estaba viviendo bien.

Con respecto al Club 27, ¿qué nos pudiera decir Jung? El club que se ha convertido en una de las coincidencias más trágicas en la historia del rock & roll. Después de la muerte de Kurt Cobain en 1994, fans del rock empezaron a cuestionarse sobre la muerte de otros grandes artistas. Quienes al igual que Kurt fallecieron con tan solo 27 años, tales como: Jim Morrison, Brian Jones, Hendrix, Joplin y la más reciente e inolvidable Amy Winehouse, quien cumplió 8 años de fallecida el día de ayer (23/07).

Teniendo presente el aniversario de Winehouse pensé conmemorarla en este artículo. Hoy, como una fan más, le escribo a la niña del vozarrón que emprendió su carrera musical a los 14 años y que por desilusiones de vida no supo encontrar la felicidad. Razón por la cual acudió a sustancias tóxicas terminando su legado con la típica historia de un artista de rock & rolll: sobredosis.

Su madre, Janis, dijo en 2008: "He sabido por mucho tiempo que mi hija tiene problemas. La estamos viendo matarse lentamente. Es como ver un accidente automovilístico: esta persona está tirando estos dones. Ya he venido a términos con su muerte. Me he armado de valor para preguntarle en qué terreno quiere ser enterrada y en qué cementerio”. De la fuente más confiable leemos estas palabras que envuelven una realidad trágica.

En los últimos días editoriales y escritores han estado compartiendo la historia de la artista. Explorando en su recuerdo lo asombrosa que fue con aquella voz natural de contraltos que en algún sentido metaforizan los momentos altos y bajo que experimentó en su vida. Muchos creen que Amy vivió más momentos bajos que altos, tal como lo escribió en su tema Back to Black “morí cientos de veces”. Por eso, en estos días de elogio a su memoria me gustaría destacar aquellos momentos de gloria:

  • La noche que ganó cinco Grammys con su segundo disco Back to Black. Premios por Grabación del año, Canción del año, Mejor artista pop femenina con “Rehab”, y Mejor artista & mejor álbum de pop. Convirtiéndose en la primera artista británica en ganar cinco Grammys en una noche, entrando de inmediato a los Récords Guinnes en el 2009.

  • Alguien que se atrevió a escribir letras de amor de la forma más pura:“I wish I could sing no regrets and no emotional debt. 'Cause as we kissed goodbye, the sun sets. So we are history. Your shadow covers me. The sky above ablaze. That only lovers see”.

  • Su estilo distintivo.

  • Ganadora de la mejor canción contemporánea “stronger than me”.

Una especie endémica en el mundo de la música. Un mundo que le sirvió como refugio para mostrarnos el lado más humano de su persona. “ La luz de un fósforo fue. Así de brillante, así de fugaz fue también la carrera de Amy” (Félix Frascara).

 
 
 

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